domingo, 12 de abril de 2009

sábado, 11 de abril de 2009

domingo, 22 de marzo de 2009

Presentación de la exposición, de Mercedes Santos Unamuno

Amigas, amigos, buenas tardes. Nos reúne hoy en este marco, qué no sé si admite comparación, pero que sin duda es impresionante, una nueva exposición del artista Miguel Canseco.

Y una exposición siempre es algo mágico para los que estamos del otro lado, para los que nos acercamos al arte como espectadores, como coleccionistas, dispuestos a admirar ese don de la creación que los dioses nos han negado, pero que, afortunadamente, poseen otros mortales a los que vemos con asombro, admiración y agradecimiento.

En este caso nos propone Miguel una serie de piezas trabajadas en hierro a partir de finas láminas a las que él da forma con sus manos ayudándose de muy pocas herramientas. Se confiesa poco interesado en las cuestiones técnicas, no pretende lograr resultados espectaculares apoyado en procedimientos más o menos sofisticados, sino que hace de sus materiales una prolongación de sí mismo, de su mente creadora y de la habilidad de sus manos. Lo mismo podemos decir de las obras que en estos mismos momentos expone en la Sala de Santa Marina, en ese caso cerámica, de nuevo las manos trabajando directamente la materia natural, el barro allí, el hierro aquí.

En ambos casos también, pese a la enorme diferencia de posibilidades que presentan dos materiales de propiedades tan distintas, el elemento formal adquiere un papel fundamental que liga las dos exposiciones. La forma geométrica que fluye y adquiere vida conjugando el plano y la curva, espacios claramente delimitados en los que el vacío impone su presencia. Formas en movimiento, abiertas en sí mismas, presentando posibilidades nuevas con cada punto de contemplación, con cada fase del desplazamiento de estos planetas que ocupan un cosmos inabarcable que aún se multiplica más en sus reflejos, luces y sombras, lo real, y lo intuído.

Como el poeta, Miguel soñó caminos, espirales que nos sugieren recorridos laberínticos, sin fin, caminos que nos llevan en el arte, como en la vida, quién sabe a dónde. Nuevas rutas que se abren con cada obra, con cada día, y que impulsan a seguir creando, a seguir viviendo, a seguir buscando. Cada uno de los que estamos aquí, y de los que vengan después, dará una interpretación a estas obras, captará algo en ellas, incluso puede que algo completamente distinto a lo que movió a realizarlas a Miguel. Esa es la gran magia del arte, y por eso es mejor no explicar demasiado, dejar que cada uno le de su propio sentido, que cada uno sienta a su modo la espina de esta pasión que es el arte.

Me permito terminar con una evocación personal, ya que la vida artística de Miguel se desarrolla en paralelo a mi vida en Zafra. Una de las primeras obras que compramos Manolo y yo fueron unas cerámicas de Miguel Canseco, allá por los 80 del siglo pasado, en la época en que frecuentábamos “el pub de las niñas” y que nos acompañaron 25 años; la última, en 2007, una gran caracola que una tarde de verano fueron Carmen y él a llevarnos a las Golondrinas. Estas piezas me recuerdan aquella otra que con tanto cariño y esfuerzo dejó Miguel sobre la chimenea de las Golondrinas una tarde de verano que seguro que ninguno de los tres hemos olvidado. Muchas gracias al artista y al amigo.

Mercedes Santos Unamuno

miércoles, 4 de marzo de 2009

viernes, 27 de febrero de 2009

viernes, 20 de febrero de 2009

El diptico de la muestra, parte del cartel.
En la cara A aparece informacion de la muestra, y la mitad de la imagen del cartel.
En la cara B se completa la imagen del cartel, acompañada de textos de presentacion de la muestra.
Para diseñar el cartel he utilizado una esfera,de espirales de hierro, que es el elemento básico, sobre el que están construidas todas piezas que forman la muestra.
En el cartel aparece esta esfera completa, en pequeño, al lado de mi nombre.
Otra esfera mas grande ocupando justo el centro.
Media esfera de mayor tamaño en el lado izquierdo, que si enfrentamos dos carteles por ese borde, forman una esfera completa.
Y un cuarto de esfera, en la esquina inferior derecha, que si juntamos cuatro carteles, pivotando sobre ese vertice, completan la esfera mas grande que aparece en el cartel.